Jaime Isidoro Press nació el 13 de noviembre de 1926 en Moisés Ville, Santa Fe, Argentina, en el seno de una familia de ancestros rusos. A lo largo de su vida, se destacó como clarividente, profeta, sanador y armonizador, con la capacidad de interpretar sueños, diagnosticar enfermedades sin instrumentos y prever el futuro con una precisión asombrosa. Su don, según él mismo afirmaba, provenía de una conexión con inteligencias espirituales superiores, lo que lo convirtió en una figura mística y trascendental.
Aproximadamente a los 30 años, Press tomó una decisión radical que marcaría su vida para siempre. Propietario de tres negocios de productos regionales en Villa Carlos Paz, recibió un mensaje de fuerzas espirituales que le ordenaron desprenderse de lo material. Obedeciendo a este llamado, regaló sus negocios y emprendió un camino de transformación interior. Durante los siguientes tres años y ocho meses, se retiró a las montañas de Carlos Paz para meditar. Fue en este periodo cuando experimentó su despertar espiritual y recibió los dones que lo acompañarían por el resto de su vida. A los 33 años, alcanzó una conexión mental con inteligencias superiores o entidades multiespirituales, consolidándose como un maestro espiritual.
Durante la década de 1960, Jaime Press se convirtió en un referente de la sanación y la clarividencia en Argentina. Su fama creció exponencialmente, llegando a atender hasta 700 personas por día en San Nicolás, una localidad cercana a Carlos Paz. Multitudes acudían en busca de su ayuda, convencidas de su poder para curar enfermedades y prever el destino. Sin embargo, su labor no estuvo exenta de controversia. Fue perseguido y encarcelado en varias ocasiones, acusado de ejercicio ilegal de la medicina. Pese a estos obstáculos, nunca cobró por sus servicios, afirmando que su don era un regalo divino que no debía ser usado para lucrar.
Jaime Press no solo era un sanador, sino también un visionario. Se le atribuyen múltiples predicciones acertadas, incluyendo:
Una de sus predicciones más impactantes fue realizada en mayo del 2000 en una revista nacional. Allí afirmó que "El Mesías nacerá en Carlos Paz, Punilla", sugiriendo que el regreso de Jesucristo a la Tierra sería inminente y tendría lugar en esa región.
Jaime Press creía en la reencarnación y aseguraba que su alma había vivido 77 vidas. Según su visión, había alcanzado el estado de nirvana y ya no volvería a reencarnar, habiendo trascendido la rueda del samsara y situándose en un nivel de conciencia superior al humano.
Además, dejó un legado de enseñanzas en forma de 10 Nuevos Mandamientos, principios que guiaron su vida y que recomendaba seguir:
Existen múltiples testimonios sobre la exactitud de sus predicciones. Entre ellos, destacan dos casos relatados por Eduardo Antonio Sahade Petrini, su "hijo espiritual" y amigo cercano:
Para muchos, estos hechos no eran coincidencias, sino pruebas del don único de Jaime Press.
Jaime Isidoro Press dejó una huella imborrable en la vida de quienes lo conocieron. Para algunos, fue un vidente inigualable; para otros, un maestro ascendido que trascendió los límites del tiempo y la materia. Su vida estuvo marcada por la entrega, el sacrificio y la conexión con lo divino. Sus palabras y enseñanzas siguen resonando en aquellos que lo consideraron un guía y un iluminado. Aunque físicamente partió en 2001, su presencia espiritual y su legado continúan vivos en las historias, las predicciones y las creencias de quienes lo recuerdan como un "pequeño dios fusionado con el universo".
"Soy Eduardo Antonio Sahade Petrini, alias Edus para Jaime Press. Me consideraba su hijo espiritual, porque él mismo me trataba así. Desde el primer día que nos conocimos, allá por 1997, me trató como a un amigo. Nuestra conexión fue inmediata y profunda. Hoy, su legado sigue vivo en mí y en todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerlo."